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Peanuts, mi blog, un sitio donde publicaré cada capitulo de mi novela. Soy principiante en esto, pero espero que os guste, tengo mucho que contar...

lunes, 1 de agosto de 2011

Capítulo 8


Llegué a casa bastante contenta, estos días me lo iba a pasar muy bien, ya que lo único que hacíamos en clase era hablar.
Me pasé toda la tarde en el ordenador escuchando música, algo que no debería hacer, pero que es adictivo.
A la mañana siguiente todo estaba normal, pero hubo algo que me molestó, me molestó mucho.
- Oíd, este viernes quedamos para comer. – Dijo Michaela.
- ¡Qué guay! Por fin quedar… -Dijo Rachel.
- Ah, no. Tú no puedes, ni Leilany. – Dijo Chelsea.
- ¿Por qué? – Pregunté.
- Porque vamos las que estábamos juntas el año pasado. – Dijo Courtney.
- Ah, pues me parece muy bien… -Dije.
- Bueno, no estabas en la clase, así que no puede venir. –Dijo Chelsea.
- Ah, ¿no? ¿Van a cerrar el restaurante para vosotros? – Dije cabreada.
- No, pero no nos juntaríamos con vosotras. – Dijo Chelsea.
- Vale, vale, ya lo recordaremos. – Dijo Rachel. – Se nota que no queréis que vayamos, porque si no hubieseis dicho de quedar la clase actual, no la del año pasado.
- No es eso, es que es muy difícil hacer coincidir a toda la clase. –Dijo Chelsea.
- Sí, claro, más difícil es hacer coincidir a los demás, ¿no? Están en diferentes clases, pero da igual… -Dije.
- Leilany, entiéndenos, les echamos de menos. – Dijo Courtney.
Me fui, no quería seguir escuchando cómo nos excluían de su grupito por un día. Ya haría otros planes. No sé con quién, pero los haría. No dejé de darle vueltas hasta que llegó el momento perfecto.
- Oye Leilany. ¿Tienes algo que hacer este viernes? – Me preguntó Eric.
- Pues no. – Le dije cabreada.
- ¿Qué pasa?
- Nada. Solo que han quedado todas las que yo creía mis amigas pero Rachel y yo no podemos ir.
- Ah, sí, a mí me han invitado, pero tengo mejores cosas que hacer.
- Bueno, dime, ¿qué querías? – Le dije cambiando de tema con una sonrisa.
- Pues, voy a hacer una fiesta en mi casa. Y, bueno, he invitado a algunos de aquí. Me gustaría que también vinieses tú. – Me dijo con delicadeza, ya que aún seguía un poco molesta.
- Sí, claro, me encantaría.
- Rachel también puede venir.
- Claro. ¡Qué emoción!
Él se rió. Nos miramos un momento y luego aparté la vista. Es súper simpático, me iba a alegrar la semana.
- ¿Y quién más viene? – Dije.
- Danny, de aquí solo él.
- Ah, vale. – Genial, otra oportunidad para conocer a gente nueva. – Pues nada, ¿a qué hora?
- A las, ¿seis?
- Es un poco tarde, ¿no?
- Bueno, teniendo en cuenta que somos mayores y que nos dejas estar más tiempo fuera de casa, pues no, no es tarde.
- O sea, vamos a acabar tarde, ¿no? – Aclaré.
- Sí, bueno, te vas cuando quieras.
- Vale… Aunque no creo que quede muy bien irme a las siete y media.
- Eh, eso sería como darme plantón. – Dijo bromeando.
Yo me reí, se notaba que quería que me integrase en su grupo, aunque fuese entre risas. Pero… esto me daba varios problemas. Tenía que convencer a mis padres de que me dejaran estar en la casa de un chico para hacer una fiesta. Tenía que convencer a mis padres para que me dejasen hasta tarde. Tenía que convencer a mis padres para que me llevasen y me trajesen. Tenía que buscar una forma de envidiar a las chicas, porque ellas no querían que yo fuese, pues yo iba a disfrutar de una forma alternativa.
- Pero… ¿Dónde?
- ¿Tienes muchas más preguntas? – Me dijo sonriendo.- Tú puedes quedar aquí en el colegio, y ya os recogemos Danny y yo, porque sois dos, y las dos en mi moto no cabéis…
- ¿Moto? ¿No podemos ir andando? ¿O en bicicleta? – Dije preocupada.
- Tranquila, respeto las normas… Más o menos.
- ¡Eric!
- ¡Era una broma! No soy un niñato de esos que…
- ¿Repiten? – Dije.
- De esos sí, digo de los que provocan accidentes.
- ¡Ah! Ya decía yo.
- Eres cruel. – Me dijo con cara de pena.
- Lo siento, pero es que no conozco mucho más de ti. Además, me sorprende que hayas repetido. No sé, se te ve un chico correcto y normal… No pareces tan ‘’malote’’ como para repetir.
- Ya… Es que, los profesores me cogían manía o algo. Me costaba, y la mayoría no quería ayudarme.
- Bah, escusas. – Dije de broma.
- En serio. Pregúntale a cualquiera. Ya que parece que los demás no tienen vida social y se tienen que meter en la mía. – Refunfuñó.
- Eres popular. Deberías estar agradecido.
- ¿Agradecido? Yo que sé, no he hecho nada para ser tan importante en la escuela.
- Por algo será por lo que la gente te quiere tanto.
- Sí, pues no sé el qué…
Sonó el timbre. Cambiamos de clase, ahora nos tocaba inglés con Vanessa, pero hicimos tutoría. Me senté al lado de Rachel, quería
- Parece que la clase, es decir, este conjunto de alumnos, estáis muy unidos. ¿Es así? – Dijo, pero yo me lo replanteé, después de dejarme fuera del grupo, me cabreé con las chicas, aunque, por supuesto, solo para esos días.
- Más o menos. Esta clase es un lio. Las niñas son más raras que nunca, les haces la zancadilla o cualquier cosa, y se ponen histéricas. Vamos, yo alucino. – Dijo Michael refiriéndose a Irina.
Toda la clase soltó unas risas, pero no duraron mucho hasta que Vanessa volvió a hablar.
- A quien se le ocurre… Os quiero explicar el tema de las excursiones, los asientos, actividades especiales… y bueno, todo lo que a vosotros más os interesa. Pero aprovechad, que no va a haber muchas clases así. Preguntad todo lo que queráis.
-  Rachel,  ¿tienes algo que hacer este viernes? – Le pregunté.
- Sí. ¡A, no! Es que me han dejado fuera del grupo. – Dijo aún enfadada.
Yo me reí, Rachel siempre ha sido muy graciosa, no en cómo decía las cosas, sino en cómo hacía los gestos.
- Eric me ha invitado a una fiesta.
- ¿Sí? En serio, yo veo algo entre… -Dijo, pero no pudo acabar, yo corté rápidamente la frase.
- También te ha invitado a ti.
- ¿Sí? ¿Y cómo te lo ha dicho? – me dijo ilusionadísima.
- Pues, me dijo si tenía que ir a algún sitio, y se lo conté todo. Entonces ya me dijo que podías venir, a las seis, aquí en el instituto. Y que vendrían él y Danny en moto para recogernos y llevarnos a su casa. Yo puedo venir andando. Pero, si quieres, puedes venir a mi casa. Nos arreglamos allí, y después nos vamos andando hacia el colegio.
- ¡Guay! – Gritó, todos se dieron la vuelta, pero se rió, y siguieron prestando atención a la profesora.
- ¿Qué te parece?
- Bien, genial. Pero, espera. ¿Motos? ¿Tendríamos que ir en una moto con ellos?
- Supongo, no creo que se monten  los dos en la misma, y nos dejen a nosotras con la otra. – Dije vacilando.
- Vale, tienes razón. Pero… ¿Con quién iría yo? ¿Y tú?
- Pues, no he pensado en eso. ¡Qué corte!
- Supongo que tú vas con Eric, si ya te digo yo que mi madre es bruja, y yo he recibido los dones. – Dijo entre risas.
Rachel siempre decía que íbamos a estar juntos, pero a mí ni siquiera me gustaba. Y mucho menos yo a él. Ni siquiera somos de la misma calaña.
- ¿Ya ti te tocaría con Danny? Qué pena…
- ¡Oh no! Dios mío. Ve tú con Danny, por favor. Dios mío. Dios mío. – Repitió asustada Rachel.
- Pero… ¿qué le hiciste el año pasado al pobre chiquillo?
- Nada, pero todo el mundo sabía que a mí me gustaba. Y seguro que él también.
- Tranquila, no dejaré que te pase nada. Y seguro que a muchas chicas les ha gustado Danny, él pasará de vuestros amores. - Dije entre risas.
- La verdad es que sí.
Desde ese momento no dejamos de hablar de la fiesta, deseábamos que llegase el viernes. Imaginábamos la ropa que nos íbamos a poner. Pensábamos a quién podríamos encontrar. Nos haríamos muchas fotos, por supuesto. Para una vez que me invitaban a una fiesta, tendría que disfrutar y guardar los recuerdos.

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