Bienvenidos

Peanuts, mi blog, un sitio donde publicaré cada capitulo de mi novela. Soy principiante en esto, pero espero que os guste, tengo mucho que contar...

lunes, 15 de agosto de 2011

Capítulo 30


-¿Qué cómo me puedes ayudar? Piénsatelo. –Dijo con una sonrisa.
- ¿Qué me lo piense? Es que no tengo ni idea de quién es.
-Es que… me da vergüenza.
- Pero, si dijiste que me lo dirías. –Comenté mientras le ponía la mano en su hombro.
- Tienes razón, pero, no sé. ¿Estás segura de que podremos ir juntos?
- No lo sé, pero puedo llegar a ser muy persuasiva…
- Bueno, está bien. –Dijo, pero se quedó callado.
- Danny, no se lo voy a decir a nadie, de verdad, confía en mí.
- Vale, me gusta Courtney. Ya sé que antes no me caía bien, pero nos hemos conocido mejor y, bueno, pues ahora siento algo…
- Ya entiendo, pero, juraría que dijo al principio de curso que no quería pareja… -susurré mientras me acariciaba la barbilla.
-Eso es porque no me conocía. –Bromeó Danny.
Le empujé levemente del pecho, y luego apareció Eric.
-¿Nos vamos? – preguntó.
Seguidamente, Danny me dijo adiós con la mano, y se fue con Eric. Ese gesto también me lo hizo a principio de el curso, cuando fue secuestrado por Sylveria, ahora era secuestrado por Eric. Era una conspiración contra mí…
Michaela y yo nos fuimos en el autobús, como de costumbre. Le conté todo a mi madre, pero no lloré, para nada, era muy difícil que yo soltase alguna lágrima de tristeza, solo por lo que más me afecta, y eso no era tan importante.
El tiempo pasaba despacio, no parábamos de hablar, y no sabía cómo pedirle que fuese conmigo. Hablábamos todo el rato del baile, y cuanto más hablábamos, más nerviosa me ponía, no quería pedírselo tan pronto, porque si no, parecería que  estaba desesperada, mientras que si tardaba mucho, se me adelantarían. Y así fue. En el recreo del martes, una chica de segundo vino nerviosa.
-Eric, yo… Quiero decir, tú… ¿Vas a ir con alguien? Es que yo quería pedirte que fueses conmigo, claro si no vas con nadie, porque seguro que puedes ir con muchas chicas mejores, y no vas a querer venir conmigo, además soy más pequeña y, bueno, el caso es que sería muy feliz y… - Decía a trompicones.
- Bueno, es que. No te conozco, y seguro que otro quiere ir contigo, créeme, soy una mala influencia, ve con algún chico de tu clase. –Contestó tiernamente.
A la chica se le pusieron los ojos llorosos.
-Yo te quiero. Y quiero ir contigo el viernes. –Sollozó esta.
En ese momento, Eric se sorprendió muchísimo, y soltó todo el aire de golpe.
-Lo siento, pero no puedo ir contigo, de verdad, ve con otro, soy muy mayor para ti.
Esta rompió a llorar, y se fue corriendo. Eric abrió los ojos como platos y la miró mientras se iba. Entonces, Danny y Alex se pusieron a hacer gestos.
-Increíble, pobre chiquilla, tenía esperanzas contigo, y le has partido el corazón. –Dijo Danny mientras movía la cabeza de un lado a otro.
- A todas le haces siempre lo mismo, no es justo, ¿crees que no tienen sentimientos? – refunfuñó Alex.
Eric les miró frustrado.
-¿Qué queréis que hiciese? ¿Ir con todas las chicas que me lo piden? Pues no, si no quiero ir con ella, no voy. – Contestó.
- Y por eso crees que no se puede sentir mal por lo que tú le digas, ¿no? –Dijo Danny.
- ¡Y yo también tengo!
Danny y Alex se miraron.
-Tranquilo hermanito, era una broma.
-¡Pues vaya broma! – Dijo Eric.
-Pues eso no es nada comparado con lo que tú hiciste. –Comenté poniendo énfasis en la palabra ‘’tú’’.
Este se acarició la cara, y gimió.
-Aun me acuerdo… -Contestó finalmente.
Por otra parte, hablaba maravillas sobre Danny delante de Courtney, pero lo único que llegaron a pensar las demás es que me gustaba. A tercera hora del miércoles nos sentamos juntas, y le pregunté a quién iba a invitar.
-No estoy segura, había pensado en Danny, pero como te gusta a ti… Pues no lo veo correcto. –Dijo ella.
- ¡Qué va! Si es mi amigo, no me gusta, además, eso solo ocurrió una vez, y está en el olvido. No te preocupes por mí.
- ¿Y si me dice que no? Yo, es que no quiero enamorarme de nuevo, siempre me pasa, y quiero dejar tranquilos a los chicos, no quiero saber nada, pero no puedo controlar mis sentimientos.
-Espera… -Dije alucinada. -¿Te gusta Danny?
-Sí, pero ojalá no me gustase, bueno, paso de todo, se lo pediré en el recreo y se acabó. Si me hace daño, pues uno más, y si no, pues mejor, pero al menos lo intento.
Entonces, ella le pidió ir al baile con él, y este, discretamente, le aceptó la invitación. En realidad, yo no había influido en su manera de pensar, ella ya le quería de hacía más tiempo, no había sido mi culpa. Al cabo de un rato, él me lo agradeció sin que nadie se diese cuenta, pero insistí en que no tenía nada que ver.
Surgió otro problema, Michaela confesó que quería a Charles, y, de camino, también lo hizo Irina. Chelsea, Irina y Michaela estaban coladas por él, y querían que fuese su pareja para ir al baile, pero no sabían cómo arreglarlo.
Cuando estaban a punto de pelearse, apareció Michael.
-Irina, ya sabes que a mí me importan bien poco las normas, ¿no? –Dijo este.
- Vale, mejor, iremos juntos. –Contestó ella sonriendo.
- ¡Genial! –Comentó nervioso.
Tras esto se fue, y la duda quedó entre Michaela y Chelsea. La segunda, preocupada, le confesó su amor, y también le pidió ir con ella a la fiesta, pero la rechazó. No sentía nada por ella, ni quería ser su pareja.
Por precipitarse, había perdido una valiosa oportunidad, así que ya solo faltaba Michaela, pero esta no le dijo nada. Tenía miedo a que también le dijera que no, algo muy típico en nosotras.
Llegó el jueves, y seguíamos sin pareja, por suerte, Charles no tenía, e imaginaba que no se podía traer gente de fuera, sino que tenía que ser con compañeros, pero no preguntó nada. A segunda hora, teníamos Educación Física, y por orden de lista, teníamos que hacer pases de fútbol. Me tocó con él.
-¿Tienes ya pareja? –Pregunté con valentía.
- Qué va, si nada más que me lo piden las enanas de primero y segundo.
-¿Enanas? Vaya, cuanto respeto.
-Bueno, es la verdad. ¿Y tú? – me dijo mientras me lanzaba la pelota.
- Pues no.  No sé a quién decírselo.
- ¿No has pensado en mí? – Eso me hizo perder la concentración, y la pelota se me desvió.
Le dio en la cara, y cayó de espaldas, ya que el golpe le había pillado desprevenido.
-Dios mío. ¿Estás bien? Lo siento mucho.
Estaba tumbado boca arriba, tapándose la cara con las manos. Me agaché a su lado, estando en cuclillas. El me cogió del brazo y tiró de mí, por lo tanto, puse una rodilla a su lado, rozándole las costillas, y la otra la conseguí poner delicadamente sobre su barriga, sin hacerle daño. Cosa que me causó más dolor a mí, porque había apoyado con mucha fuerza la otra rodilla.
-¿Habías pensado en mí? – Preguntó de nuevo, con una sonrisa divertida.
-Sí, la verdad es que sí, –dije aun sobresaltada – pero no creía que a Bryanna le hiciese demasiada gracia.
- Da igual Bryanna, ella no quiere ni que vaya al baile, solo piensa en sí misma.
-Si solo piensa en ella, ¿por qué seguís juntos?- Me aventuré a decir.
No se esperaba mi reacción, así que mientras pensaba, aprovechó para incorporarse.
-Bueno, es una historia muy larga, que no creo que quieras escuchar. ¿Me lo vas a pedir, o te lo voy a tener que suplicar? – Pregunté mientras me alzaba la mano para ayudarme.
- Me lo tendrás que suplicar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario