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Peanuts, mi blog, un sitio donde publicaré cada capitulo de mi novela. Soy principiante en esto, pero espero que os guste, tengo mucho que contar...

sábado, 13 de agosto de 2011

Capítulo 22


- ¿Qué me pasa? Pues nada. – Me contestó sin mirarme.
- Eric, eres un borde. No sé ni si quiera qué te he hecho, y yo creo que si me tengo que sentir culpable, que al menos sea por algo.
- ¿Por qué te cae tan mal Bryanna?
- ¿Quieres que sea sincera?
- Sí. – Me contestó, y por fin se digno a mirarme.
- Me parece que tiene poquísima educación, estamos en casa de Danny, y se pone a besarse contigo, y no nos hace ni caso a los demás, ni siquiera a su propio hermano, y claro, tú no podías hacer otra cosa, que seguirle el rollo, en vez de hablar con nosotros, presentarla, o lo que sea. –Dije sin preámbulos.
- ¿Tienes envidia de que no te hice caso a ti y a Bryanna sí?
- ¡¿Qué?! – Pregunté incrédula. - ¿Pero que te crees que eres? Ni si quiera le quieres, estas con ella por pena. ¿Qué voy a sentir envidia? No me conoces de nada.
- No estoy por pena con ella, ¿y el tío ese? ¿Qué? ¿No estás con él por el dinero? Veo que te gustan los ricos ¿no? Primero Danny, luego él. ¿Quién es el siguiente?
- Sabía que te había molestado lo de Danny. No entiendo nada. ¿No puedo tener vida sentimental? ¿Y qué tiene de malo que haya pasado eso con Danny? No me gustan solo los ricos, porque si me gustasen los ricos, también hubiese estado contigo, pero te veo como un amigo, bueno, te veía. – Dije cabreada.
- Ya, todo encaja. Déjame, ¿vale? A cada segundo que pasa me demuestras que eres más ignorante.
- ¿Ahora me insultas?
- Digo la verdad.
- No me dices la verdad, me ocultas cosas, ¡y no es justo! Tú no quieres a Bryanna, ¿por qué estás con ella?
- Porque sí, haz el favor de no hablarme. No quiero saber nada de ti hasta dentro de un tiempo.
Eso me dolió mucho, pero no entendía nada. ¿Por qué se cabreó? ¿Tanto le molestaba que tuviese unas ideas diferentes a las de él?
- Eric, ¿te cae bien Ryan? – Pregunté finalmente.
Me miró con seriedad, pero no me contestó. Suspiré angustiada, no quería perder a un amigo, pero se lo había buscado él solo.
Llegó el recreo, no volví a hablar con él.
- Bueno, cuéntanos lo de tu nuevo amigo. – Me dijo Rachel.
- Es guapo, simpático, amable, tierno y… no sé, es perfecto. – Describí.
- No existen los chicos perfectos, todos tienen algo. – me explicó Courtney.
Quizás tenía razón, pensé que Eric era perfecto, y me salió rana. Pero Ryan era de otra forma, era diferente. Él no podía hacerme eso. Yo le quería y él me quería, nada podía fallar.
- El caso es que fuimos a comer, y nos encontramos a Eric y a Bryanna.
Tuve que pasar toda la tarde con la pesada esa. – Pero, para mejorar la situación, pasó Eric por mi lado y se enteró de lo que dije, por lo que, al pasar, me dio un empujón con el hombro.
- ¿Qué le pasa? –Preguntó Michaela.
- No lo sé, está enfadado conmigo. Y no me ha explicado el porqué.
De pronto alguien me cogió de la cintura y me empujó hacia atrás con suavidad. Era Danny, que me iba a decir algo.
- Mira… no le hagas mucho caso a Eric, yo le comprendo. Mi hermana es muy… En fin, no seas dura. – Dijo, y luego se fue.
Cada vez me sorprendía más. Volví con las chicas, y le conté la parte en la que estuve con Ryan, y también el videoclip. Estaban emocionadas, pero yo no tenía interés. Mi mejor amigo se había enfadado conmigo así porque sí. No era justo, había que arreglarlo, pero no quería. ¿Qué no fuese dura? ¿En qué sentido? ¿Por qué tenían que hablar tan misteriosamente?
Alex apareció por detrás de Rachel y le tapó los ojos, luego la giró, y le dio un beso. Ella se lo tomó normal.
- Bueno, quería decíroslo, pero… El caso es que, bueno, estamos juntos. – Dijo Rachel con una amplia sonrisa.
- Qué vergüenza, yo me voy. – Dijo Alex.
- Espera. – grité. – Tengo que hablar contigo.
- Ya sé qué me vas a preguntar, pero es que esas son cosas de él, yo no interfiero en su vida. Lo siento.- Me contestó mientras se iba.
Es decir, lo sabía todo el mundo menos yo… Bien, creí que era su amiga, pero vi que era en la última que confiaba.
Acabó la jornada, y cada vez que nos mirábamos Eric y yo, lo hacíamos con odio, pero con una gran diferencia, él sabía de qué iba el juego, y yo no.
Bryanna le recogía en su coche de lujo, y se abrazaban mientras ella me miraba con recelo.
Estuve hablando con Ryan por la tarde, le conté todo lo que había pasado con Eric, pero él insistía en que era envidia, que no me preocupase, que a veces los hombres se ponían misteriosos. Eso me enfadó aun más. ¿Misteriosos? ¿Y qué culpa tenía yo? Decidí pasar de él, no quería hablarme, ni siquiera verme, yo no iba a hacer otra cosa.
Al día siguiente fue más de lo mismo, y también al otro. No me hablaba, por suerte, Alex sí hablaba más conmigo, y Danny seguía siendo alguien en quien confiar. Un día le planté cara, y decidí arreglarlo, por encima de sus normas y peticiones.
- Eric, perdóname, no sé por qué estás tan cabreado conmigo. Pero no quiero que estemos así siempre.
- Ni yo, pero no es elección mía. No es todo tan sencillo como crees. Es que no entiendes. No sabes nada de lo que pasa. – Me dijo como si fuese una niña pequeña.
- ¡Pues explícamelo!
- No, ya lo entenderás, cada cosa a su tiempo. – Y tras esto, se marchó.
¿Por qué tenía tanto misterio? Mi vida tenía menos sentido, pero gracias a mis amigas conseguí afrontarlo. Y también gracias a Ryan, nos llevábamos mucho mejor, salíamos más, y nos queríamos. Era muy cariñoso conmigo, y eso me hacía sentir mejor, me daba fuerzas. Ya mismo era su cumpleaños, pero decía que no tenía ganas de celebrarlo, que quería que estuviésemos él y yo solos….

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