Capítulo 12

Cuando llegué el colegio, todo estaba tan normal como de costumbre, excepto porque Danny iba a faltar unos días. Se lo contamos todo a las chicas.

- Deberíais haber venido. – Dijo Courtney. – La próxima vez quedaremos todas.

- O sea, ¿nos hechas las culpas? –Pregunté.

- No, por supuesto que no, pero os dejaremos solas más. – Aclaró.

Fueron pasando las horas, y llegó el recreo. Me acerqué a Eric, que estaba solo. Me acerqué por detrás, y le cogí la mano. Se dio la vuelta alterado.

- ¿Estás mejor? – Le pregunté.

- Sí, bueno, ya mismo sale. Todo ha quedado en un susto, pero no me fío.

- Ya ha pasado todo. – Le dije, y me sujetó la mano con más fuerza.

- Eso espero.

- Ven con nosotras, al menos, tendrás algo de compañía.

- Sí, bueno. Pero, no creo que les caigas muy bien. Es mejor que me quede aquí. – Susurró.

- Ven. – Le tiré de la muñeca, y me siguió.

No le solté la mano hasta que llegué hacia mi grupo, cosa que provocó algunas miradas y risas indeseadas, incluso de mis amigas.

- Bueno, pues aquí estoy. – Dijo sonriendo.

- No, si eso ya lo vemos. – Vaciló Rachel para que se riese.

Y funcionó, le miré, y lanzó una sonrisa preciosa, me fijé en sus dientes, con sus colmillos notablemente más grandes, pero le hacía más atractivo aun.

- Hola, ¿tú eres John? – Dijo Alexis.

- Eh… sí, pero mi nombre es Eric.

- Oye, ¿tú no decías que no sabias quien era? – Le acusó Chelsea.

- ¿Eso dije yo? Pero si yo conozco a toda la gente importante. – Presumió.

- Ya… - contestó Michaela.

- Y me estoy haciendo amiga de Charles. – Volvió a presumir.

- ¿Está en tu clase? – Preguntó Eric.

- Of course. – Dijo.

- Pobre chaval. – Susurró Eric.

No pude evitar reírme, pero ella no lo escucho. Una pena.

- Y, ¿por qué hoy no estás con Danny? – Dijo Alexis.

Hubo un silencio, pero contestó con tranquilidad.

- Ha faltado. – Dijo.

- ¿Y eso? – Le volvió a preguntar Alexis.

- No es de tu incumbencia. – Le dije.

Eric hizo un ademán de irse, pero le sujeté el brazo a tiempo.

- No quiero estar con esa gente. – Me susurró.

- ¿No quieres estar conmigo? – Le pregunte flojito, para que solo lo escuchase él.

Se produzco un silencio entre nosotros, porque las demás seguían hablando, pero de pronto Eric sonrió y movió la cabeza, con gesto de derrota.

Así pasaron los días, intentaba integrarle a él en mi grupo, pero no había forma, y menos con Alexis. Parecía que Mary le caía bien, pero las demás  eran irrelevantes para él. O eso me parecía.

Cuando era martes por la tarde, Eric me llamó, me dijo que iban a darle el alta a Danny, y que quería que fuese con él. Yo accedí, tenía ganas de ver como estaba, si se había recuperado bien. Nos veríamos en el hospital, sala 211. Cogí el autobús y fui hacia allí. Cuando entré en la sala, ya estaba allí Eric, hablando con él.

-Leilany, ¿ha pasado algo en mi ausencia? – Me preguntó Danny.

- Nada importante, pero vamos a hablar de ti. ¿Cómo estás?

- Mucho mejor, ¿de verdad estamos a martes? No me lo creo. No coincide.

- Es que has estado inconsciente un día entero, es normal que te encuentres así. – Explicó Eric.

- Ya, habló el entendido. – Bromeó.

- Bueno, pues nos vamos, ¿no? – Dijo Eric.

- Sí por favor, quiero salir ya de aquí. Estoy harto de hospital, esto es terrible.

Salimos del hospital, Danny estaba totalmente recuperado, parecía nuevo, menos mal.  Además, seguía siendo el mismo en carácter, siempre con sus bromas.

- Oye, una pregunta curiosa. ¿Vosotros os veis como pareja? – Dijo.

Nos miramos un momento, indecisos, pero ninguno de los dos se atrevió a decir nada.

- Ya… ya veo. –Alardeó Danny.

- Eh, espera, ¿qué dices? – Preguntó Eric.

- Que si… ¿me has entendido?

- Sí, pero no tiene sentido.

Yo me quedé callada, contemplando la situación.

- ¿Cómo que no? ¿Tú te ves con ella? Es sencillo.

- Que si me veo con ella… pues ahora mismo está al lado mía, pero yo no me veo, necesitaría un espejo o… - Contestó Eric.

- John, me has entendido, contesta. – Dijo rápidamente.

- ¿Pero para qué quieres que…?

- Ya. –Ordeno Danny.

- Pues… no, supongo que no. La veo como mi mejor amiga. – Contesto  un poco temeroso.

-¿Y tú? – Me dijo.

- Igual, supongo, es mi amigo. – Dije dudosa de no ofender a nadie.

- Curioso… - Susurró.

- ¿El qué? – Preguntó Eric.

- Pues, estaba leyendo mientras estaba en el hospital una de esas revistas que las marujas y las viejecitas, que viene a ser lo mismo, leen.

- ¿Y?

- Pues que decía que el 90% de las parejas que en un principio se consideran buenos amigos llevan bien la relación, nunca se divorcian y eso. – Dijo, mientras nos miraba.

- ¿Qué te han dado? – Pregunté, intentando eludir un poco el tema.

- No sé, pero no hagáis mucho caso, total, solo es una revista de cotilleos. – Dijo, sabiendo que causaría el efecto contrario.

Me lo planteé durante un momento. ¿Y si pudiésemos estar juntos? ¿Sería mi primer novio? ¿Saldría todo bien? ¿Me dejaría por otra? Pero puse los pies en el suelo, y me pregunte lo más importante. ¿Le quieres? Tenía la respuesta a esa pregunta, pero tenía un poco de trampa. Le quería, le quería mucho, pero lo que había entre nosotros no era amor, si no amistad. Era mi mejor amigo, y en todo este tiempo confié en él, y le conté muchas cosas. Podríamos haber sido la pareja perfecta, pero no le amaba. Ese es un sentimiento que estropea toda la amistad, un amigo nunca se pierde, un romance sí. No podía permitirme ese lujo. Probablemente tuviese ocasión si me lo proponía, pero es que no quería. Estaba decidida, nadie me haría cambiar de opinión. Pero… yo, me refería a una relación. ¿Y si no era exactamente una relación? El chaval era guapo y muy simpático…