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Peanuts, mi blog, un sitio donde publicaré cada capitulo de mi novela. Soy principiante en esto, pero espero que os guste, tengo mucho que contar...

domingo, 29 de mayo de 2011

Capítulo 5

Fuimos al patio y vinieron dos chicas de otra clase.
- ¡Hola! – Dijo una. Era alta, con el pelo corto y negro.
- Hola…- Dijo Irina.- Esta es Mary, la conozco desde que... bueno, desde que me mudé a mi casa actual. Es decir con un año y pico, es que es mi vecina.
- Ejem. –Dijo otra un poco más rellenita, con un largo pelo castaño oscuro.
- Ah, esta es Alexis, también vive cerca de mi casa. –dijo Courtney.
- Yo soy Leilany.
Estuvimos un rato hablando, las chicas esas parecían simpáticas. De pronto, no sé como cambió el tema, comenzamos a hablar de chicos. Alexis habló de uno muy popular que había caído en su clase.
- Bueno, entonces me dijo, ‘’ ¿tú eres Alexis?’’ Y yo me quedé pensando en que me conocía… Qué fuerte. Por supuesto le dije, ‘’sí, y tú eres Charles ¿no?’’ – Empezó a presumir Alexis. Pero, ¿qué se cree?
- En fin… En nuestra clase están Danny y John. – Vaciló Michaela.
- Ah, pues no sé quiénes son… - Mintió Alexis.
Creo que ya lo entiendo, Alexis es la chica que quiere ser popular en la escuela, pero que en realidad no es nada. ¿Y las chicas la aguantan?
-Pero… ¿cómo es John? – pregunté avergonzada.
- ¡Qué impaciencia! ¿No te puedes esperar a mañana? – Me gritó Michaela.
Es ese momento se me cayó el mundo a los pies. ¿Tan malo era saber cómo era un compañero de clase?
- A ver… John es moreno, tiene una melenita castaña, es alto, no está delgado, pero muchísimo menos gordo. No sé, el resto lo verás tú mañana. Dicen que sabe cantar. Y es bastante pijo en cuanto a ropa. – Me explicó Courtney.
- Es gracioso ver la variedad del color de pelo de los grupitos. Por ejemplo, Danny es rubio y John castaño. Y nosotras ni te cuento…-Dijo Rachel. Me dio la impresión que llegaba a conclusiones un poco extrañas durante el día.
- Sí, Rachel, sí. – Dijo Irina.
-Ay, no me dejéis como a una tonta. – Exclamó.
- Bueno, cambiando de tema… Este viernes quedaremos juntas ¿no? – Dijo Michaela.
- ¿No os lo dije ya? Mi madre es tonta y no quiere que salga. – Se quejó Irina.
- Es verdad.
Todas nos quedamos en silencio. No sabíamos que decir, no sabíamos por qué la madre de Irina era así. Si su nota era muy buena el año pasado… No lo entendía, supuse que si tendría hijos ya lo comprendería, o no.
De pronto apareció un chico, gracias a Dios, y saludó a Rachel.
- Eh… hola Rachel. ¿Podemos hablar? – Dijo Leo.
- Depende. – Rachel, tan ‘’simpática como siempre’’. Al menos cuando quería.
- ¿Puedes venir?
Vi como Rachel resoplaba, entonces ambos se fueron, no muy lejos de nosotras. Lo suficiente para que pudiese usar mi mejor don. Leer los labios.
- Recuerdas que el año pasado estábamos juntos, ¿no? – Le dijo Leo.
Rachel asintió.
- Pues bueno… Aún me sigues gustando, y, realmente no sé por qué cortaste conmigo… - Dijo él. Estaba muy nervioso.
- ¡Qué por qué corte! – En ese momento no hizo falta mi don, lo escucho todo el instituto. – Está claro que porque… - De pronto alguien se puso delante de nosotras.
Cuando se quitaron, ya me había saltado la parte del porqué.
- Pero… ¡No me di cuenta! Jamás lo habría hecho aposta, no quiero hacerte daño. Te quiero. – Que tierno.
- Ya… Pero todos los hombres sois iguales, siempre volvéis a hacer lo mismo. Además, ya no siento nada por ti. Me hiciste pasar unas semanas horribles. No para de llorar, solo por tu culpa. Pero no te sientas culpable, siempre he sido así de… – Era mejor no traducir eso último.
- No lo sabía, de verdad. Lo siento. ¿Cómo puedo hacer para que me perdones? – Se lamentó.
- Ya no puedes hacer nada. Perdóname, pero es demasiado tarde. Aunque… podemos ser amigos. ¿Vale? – Dijo Rachel suavizando el tono.
- Sí, claro. – Dijo Leo muy triste, y se fue.
Rachel vino.
- Oh, ahora me siento fatal. ¿A que no sabéis lo que ha pasado?
- Sí, lo sabemos, nos lo ha estado diciendo Leilany. – Dijo Mary.
Alexis parecía aburrida. Envidia, seguro…
- ¡Eh! Eso no vale. – Reclamó Rachel.
Seguimos hablando todo el recreo. En la siguiente hora nos tocaba en el aula 24. Lengua y Literatura, qué emoción.
Sonó el primer timbre, y nos dirigimos hacia allí. Cuando estábamos yendo, vi como Irina tropezaba.
- ¡Eh! No vuelvas a hacer eso. No tiene gracia. – Dijo Irina.
El chico que le había hecho la zancadilla se reía.
- Siempre tropiezas. Me encanta. – Dijo
- Michael, a mi no me encanta, además un día me caigo.
Se escucharon carcajadas de mis amigas.
- Pues eso es lo gracioso, cuando te caigas, serás un Pato rodando…
- ¡Ah! ¿Otra vez con ese mote? Tú no… No me llaméis así. Ay… -Dijo Irina como una niña chica, parecía que estaba tonteando con Michael.
- Decídete, o no te llamo así, o no te hago la zancadilla. – Dijo Michael.
- No hagas ninguna de las dos cosas, no me gustan.
- Bueno, eso ya lo negociaremos… - dijo Michael con una sonrisa pícara.
- No… que siempre salgo perdiendo. – dijo Irina triste.
Nos reímos. Al parecer Irina sí que era una ligona, ese chico me caía bien.
Me pasé las dos siguientes horas con el chico que falto, o sea, sola. Pero no hicimos nada realmente, solo se presentaron los profesores. Me aburrí muchísimo, pero por raro que parezca, se me pasó el tiempo volando.
Por fin sonó al timbre de la última hora. Recogí las cosas y miré a las chicas, Courtney y Michaella habían recogido ya.
Nos fuimos hacia fuera para esperar a Mary y a Alexis, la verdad es que no sé porque teníamos que esperar a Alexis, me caía fatal. Fuimos andando hacia la salida, Michael estaba por allí. Por supuesto, le hizo la zancadilla a Irina. ¡Qué monos! A continuación hubo una peleílla. Nada importante…
Irina y Mary fueron en coche, Alexis, Courtney, Rachel y Chelsea fueron andando en una dirección. Y Michaella y yo en la otra.
- ¿Te han caído bien la gente de la clase? – Me preguntó Michaella.
- Sí, son mejores de lo que esperaba, creía que tu instituto estaría lleno de pijos insoportables, y me he dado cuenta de que está lleno de pijos, pero no de insoportables. Aunque sí hay algunos…
- ¿Cómo quién?
- Alexis. ¿Qué se cree? – Le contesté con sinceridad.
- Se cree mucho, pero muy en el fondo es buena gente. Si no, no sería amiga de Courtney, ¿no crees?
- No bien a Courtney, pero puede que esté siendo engañada.
-Ya… -Me contestó Michaella.
Estuvimos calladas, y apareció la madre de Michaella. Nos subimos al coche. Mi casa estaba cerca del instituto, pero hacía mucho calor, y no teníamos ganas de andar.
Cuando llegué a mi casa, solté la mochila en mi cuarto. Y saqué a mi perra a la calle. Otra vez me encontré con ese vecino, pero… me sonaba demasiado. . .  No sé de qué.
Subí, le conté todo a mi madre, ella siempre me pregunta que tal me ha ido en el colegio. Me puse a almorzar.

miércoles, 11 de mayo de 2011

Capítulo 4


Fue un sentimiento que me recorrió todo el cuerpo. Allí estaba Sylveria. Sujetaba entre sus manos la cara de Danny, le estaba dando un beso. Ese sentimiento no fue de amor ni nada por el estilo. Pero, en parte, me sentía traicionada. Era como que había hecho un amigo, y ahora él me estaba dejando por otra. Algo raro, pero era importante para mí.
Danny se apartó de ella, le dijo algo y se fue.
- Leila, Leila. ¿Estás ahí? – Me dijo Michaela.
- Eh. Sí, claro. – Contesté.
- Pff, no te des por aludida, tiene demasiadas fans para que no quiera a ninguna, así que lo tiene fácil. Tiene una novia cuando quiere. – Me aclaró Chelsea.
- Em… no te he entendido. –Dije.
- No es muy difícil. No te enamores de él, porque siempre encontrará a alguien mejor que su novia, y la dejará por esta. – Ahora lo entendí mejor. - ¿Ya?
-Pero… No me gusta.
-Sí, y mi abuela es Batman. – Dijo Rachel.
- No, en serio. Solo que… no sé. Creía que le caía bien. Creía que querría ser mi amigo.
- Una cosa es que sea tu amigo, y otra muy diferente es tener una novia. – Me dijo Courtney.
- Es que tengo miedo de no caerle bien a nadie.
- ¡Pero si has triunfado con tu discurso! – Me animó Irina.
- Anda, vamos que llegamos tarde a inglés. – Avisó Courtney.
Fuimos al aula de Ingles, la 2. Cuando fuimos estaban todos de pie al final de la clase, y no había ninguna maleta en el pupitre. Vanessa tenía la lista en la mano.
- ¡Por fin! Parecía que nunca ibais a llegar. Sois las últimas. – Nos dijo.
En los lados había pares de mesas, pero en el centro había tres. Vanessa nos quería poner por orden de lista. Fue colocando a los demás. Al llegar a mí, me tocó en la fila de en medio, en el centro. No me fijé quienes eran los que estaban a mi lado. Michaela y Courtney cayeron las dos juntas. ¡Qué suerte!
- Pues ya está, volved a vuestro sitio. – Dijo Vanessa. – Quiero que os sentéis así para lo que queda de curso en mis clases. ¿Vale?
Por supuesto, nadie contestó. En mi clase antigua seguro que había un listillo por ahí que decía algo para hacer gracia.
Me dirigí a mi mesa, puse la maleta en el suelo y me senté. De pronto, vi que un chico ponía su maleta a mi lado, en la izquierda. Sería el que iba antes que yo en la lista. Le miré. Era Danny.
- ¡Ey! – Me dijo.
- ¡Ey! – Le contesté. Bueno, podía decirse que eso era una conversación.
- Ya sé que os parecerá raro que esté yo otra vez aquí pero es normal. Al ser vuestra primera hora del curso, me tocaba con vosotros. Ya os dije que os iba a dar Inglés, y ahora os toca Inglés, pero no vamos a darlo, por supuesto. Ya que en la hora anterior nos hemos entretenido un poco con las presentaciones,- Algunos alumnos me miraron. – os voy a entregar ahora los libros de texto.
- Hoy no vamos a dar clase, ¿no? – Le pregunté a Danny.
- ¡Qué va! Hoy nos explicaran las asignaturas, ‘’nos conoceremos’’, los profesores se presentarán. En fin, hoy es el único día que nos dejarán hablar. – Me contestó sonriéndome.
- Ya veo… Parece divertido este instituto.
- Bueno. Para mí sí, la verdad es que no hago mucho, pero en realidad hay que esforzase para sacar buenas notas… Aunque a algunos eso les parece divertido. – Me dijo.
- ¿Quién es esa? – Le dije mientras miraba a Sylveria.
- ¿Sylvi? Bueno, ¿en relación a mí, o a todo el mundo?
- A los dos…
- Vale. Sylvi es mi ex novia. Bueno, era mi ex novia, ella quiere volver, y la verdad es que me sigue gustando pero…
- Pero… - le dije para que continuase.
- Pero se lo tiene demasiado creído. Yo que sé, se lo va contando a todo el mundo como si a la gente le importase mucho mi vida. Se creerá que sale con alguien famoso, o importante o algo de eso. Pero vaya, a mí eso no me gusta. ¿Me entiendes? Es como que está conmigo para ser más popular, pero no sé qué fama le voy a dar yo.
Era el primer chico que había visto que era ‘’alguien’’, y a la vez era humilde.
- Sí, te entiendo. Pero según me han dicho sí eres importante. Te conoce todo el mundo. – Le dije.
- ¿Tú también? Tu solo quieres juntarte conmigo por mi fama, ¿no es eso?
Me quedé completamente de piedra. No era así pero, ¿Cómo iba a creerme si le decía que no?
- Claro que no. Tú has sido el primer chico que me ha hablado, y eso me ha parecido un gesto importante. Solo eso. Me caes bien, pero por lo que conozco de ti, no por lo que dicen las terceras personas. – Se lo intenté explicar lo mejor que pude.
Se quedó callado un momento.
- Espero que no seas como las demás. Sigue tal y como eres…
Esperé unos minutos en silencio. Eso me había llegado al corazón. No era tan creído como decían.
- Oye… ¿quién va a mi lado? – le pregunté. Quería acabar de una vez con ese silencio tan incomodo.
- Creo que John… Sí, va él, porque el año pasado nos tocó a los dos juntos.
- ¿Quién es John?
- Es mi mejor amigo. Si buscas a alguien como él no lo vas a encontrar. Siempre ha caído conmigo en todas las clases, desde que tenemos tres años.
- Que monos… entonces, ¿él también ha repetido? – Le pregunté.
- Sí. Pero suspendió Matemáticas e Inglés, y no lo pudo recuperar en septiembre.
- Oh no. Estoy rodeada de repetidores…- Bromeé.
Danny se rió.
- John es buena gente, tranquila.
 - ¿Nunca has hablado con mis amigas?- Dije intentando saber qué pensaba de ellas.
- ¿Quiénes son? – Me preguntó.
 - Michaela.
- Em… No, con ella no he hablado nunca.
- Rachel.
- Esa creo que estaba detrás de mí el año pasado… pero no me cae mal.
- Irina.
- Con ella me sentaron una vez. No está mal. Como amiga me refiero.
- Ya… Eh, Courtney.
- No me cae bien.
- ¿Y eso? – Le dije.
- No sé. No me cae bien y ya está. Aunque estoy juzgando sin saber. Tendría que conocerla bien.
- Chelsea.
- Bueno, tampoco he hablado con ella. Pero no me cae ni bien ni mal…
- O sea, que la única que te cae más mal es Courtney.
- Sí, básicamente. – Me dijo.
Nos entregaron ya los libros y seguimos hablando. La clase de Inglés se me pasó volando. Al terminar nos tocaba en la 13, Tecnología. Me senté con Irina. Estuvimos hablando, y me contó cómo le había ido la vida hasta ahora. Al parecer le iba muy bien. Estaba dando clases y eso pero bien. El curso anterior consiguió muy buenas notas…
Lo peor era sus padres, no la dejaban hacer nada. En mi opinión, tenerla tan ‘’amarrada’’ no era muy bueno, pero yo no era madre, así que mi voto era insignificante. Por supuesto, había tenido unos cuantos chicos con los que salir, esa era una de las consecuencias de ser tratada así por tus padres, pero ellos nunca se enteraban.  Acabó la clase de Tecnología, y nos tocaba el recreo.


Capítulo 3


Sonó el timbre de las ocho menos cinco, pero no llegaba nuestro profesor. La verdad que no sabía si era un hombre o una mujer.
Empezaron a venir muchos chicos. O las chicas estaban de compras, o este era un colegio de hombres…Pero al fin vinieron todas juntas. Parecíamos muchos, pero quizás nos mezclamos con más clases.
Seguimos hablando:
- Hemos caído casi los mismos del año pasado. – Dijo Irina.
- Sí, menos mal. Nos lo pasamos súper bien, éramos una gran familia…- Nos contó Rachel pensativa.
-No eres tu lista. Lo que quieras es que vuelva Danny. – Exclamó Chelsea.
- ¿Danny? – Pregunté.
- Oh, Danny es el chico más popular que se ha visto en el instituto, es guapo, pero no tanto como para que se enamoren de el casi todas las chicas. Por supuesto, Rachel se enamoró de él. – Me dijo Michaela.
-¿Y salisteis juntos? – Dije emocionada.
- No. – Susurró Rachel.
- Bueno, es que es uno de los más complicados. Igual que John. – Dijo Michaela.
- Pero, ¿has tenido novio alguna vez? – Pregunté.
-Sí, el año pasado estuve con Leo. Está allí. Es el moreno. Pero solo duramos cuatro meses. Ya lo superé, aunque teniendo en cuenta que corté yo, pues fue fácil. – Dijo Rachel.
- ¡Qué fuerte! – Exclamé.
Piiiii. Sonó la segunda alarma y apareció la señorita. Era alta y pelirroja, pero tenía tinte, no era su color natural. Parecía simpática. Abrió la puerta y nos dejó pasar. Irina se sentó con Michaela, ella decía que la echaba de menos. Bueno, Courtney se sentó con Rachel, y solo quedamos Chelsea y yo.
Ella se quería sentar detrás de un chico que decía que era Danny. En fin, no perdería nada. Pero seguro que él era demasiado guay para hablar conmigo.
Nos sentamos allí, Danny estaba solo. Se acomodó en la silla, estaba mal sentado, pero no le regañaron. Supuse que lo hacía para quedar mejor. Me hubiese gustado verle en silla de ruedas cuando se destrozase la espalda por sentarse mal, eso sí que sería guay.
- Hola. Soy Vanessa, y voy a ser vuestra tutora este año. – Dijo la tutora.
Hubo una pequeña pausa. Vanessa me miró. Algo olía mal.
-Que recuerde sois todos  del año pasado, estabais en la misma clase, ¿no? Bueno, pues os quiero presentar a la chica nueva. – Exclamó.
Oh, no. No había pensado en esto. Qué vergüenza. Todo el mundo se metería conmigo si sabían que era nueva. ¿Qué podía hacer? Solo pensé una cosa, ‘’Tierra, trágame’’.
- Ven, preséntate aquí delante de tus compañeros. – Me dijo.
No, no, no, no. Esto no podía pasar. Me quedé quieta unos segundos, pero entonces Chelsea me hizo volver a la realidad.
- Venga…
Me levanté, fui hacia allí mientras improvisaba un pequeño discurso. ‘’Hola, me llamo Leilany…’’ Si solo mi nombre era una vergüenza. Para completar mi humillación, me tropecé con una mochila, cuando miré hacia atrás, su propietaria se estaba riendo. Era el colmo. Pero llegué al lado de la profesora.
-Bueno… yo soy Leilany, pero como es un nombre un poco largo, me suelen llamar Leila.- Algunos soltaron una risita, no, si encima iba para presidenta y todo. Sonreí, y se produjeron más risitas. Me empezaba a gustar esto, no eran risas de burla.- Es mi primer año en este instituto, los dos anteriores los hice en otro que poca gente conoce, y me he venido a este porque están mis mejores amigas. Por suerte he caído en esta clase, que Michaela me dijo que era la mejor… - Algunos sonrieron y se dieron la vuelta para mirarla. Ella se sonrojó. – Y bueno… espero conoceros a todos y que nos lo pasemos bien, aunque sé que los profesores nos lo van a poner difícil…-Sonreí, y Vanessa también. Los demás parecían divertirse. – Pues lo dicho y, encantada de ser vuestra compañera.
Guau, fue impresionante. Al menos para mí. No me salían las palabras y de pronto, bum. Explosión. Me senté con Chelsea.
- No he estado muy mal, ¿no? – susurré a Chelsea.
-Que va, eres una experta ¿eh?
Me limité a reír, no me podía creer lo que acababa de hacer. Estaba orgullosa.
- Bueno, pues encantada de conocerte a ti también Leila. – Me dijo la profesora.- Yo a ellos ya los conozco porque les daba inglés. Espero que te guste mi asignatura. Bueno, vale ya. Fuera las bromas, os voy a decir un poco las listas de profesores y eso, ¿vale? Bien, ciencias la imparte….
La clase se pasó rápida. Vanessa me caía muy bien. Sonó el timbre, recogí las cosas y me levanté. Me fui hacia la mesa de Rachel y Courtney. Cuando fui hacía allí me empujó alguien, y me dijo:
- La chica nueva, ¿eh?
Me di la vuelta, era Danny. No sabía qué decir.
- Sí, bueno, no todos llevamos aquí mucho tiempo…-Dije con una sonrisa.
-Eh, que solo he repetido una vez. – Se disculpó.
-¿Qué curso fue?
-Esto… primero. – Dijo mientras se ponía la mano en la nuca. Aunque estábamos en verano, el llevaba una chaqueta impermeable ancha. Era la moda.
- ¿Primero? – Me reí. – Entonces aquí serán muy difíciles las asignaturas, ¿no?
- Sí, bueno, depende. Es que yo no estudio demasiado, pero para otro sí que será más fácil. – Dijo intentando animarme.
- ¿Por qué no estudias?
- Es que… no sé en qué quiero trabajar, entonces, como sé que estas notas no me sirven para nada, no me esfuerzo. Presto atención y eso, pero en mi casa no hago nada. Ya en Bachiller estudiaré.
-Am, interesante…- Nunca me había planteado eso.
De pronto, la chica que se rió cuando me tropecé, agarró del brazo a Danny.
- Vamos anda… No quiero llegar tarde. – Le dijo.
- Sí. Lo siento Leila. Hasta luego. –Me dijo sonriendo.
- Adiós.- Yo también le sonreí.
Por un momento nos quedamos mirándonos. Pero la chica le tiró del brazo y se lo llevó.
- Espera, ¿de verdad acabamos de ver una conversación de tú, con Danny? – Dijo Rachel.
- ¿Qué? – Me pilló desprevenida.
- No todos los días alguien habla con Danny. Eso es algo especial. ¡Y lo hemos visto en directo! Si me lo hubieses dicho, no me lo hubiese creído. – Dijo Courtney.
- ¿Qué tiene de malo? – Pregunté.
- ¡De malo! ¿Tú estás loca? Es genial. Le caes bien a Danny, es decir, al chico más popular. – Dijo Irina.
- En serio, que mal me cae Sylveria. Se cree que Danny va a pasar de ella como se junte con otra. Oj, no puedo con ella. – Dijo Michaela.
- Quizás solo quería saludarme.
- Pero si nunca suele hablar con gente normal. Eres la excepción a la regla. – Me dijo Irina.
- ¿En serio? – Dije.
Ahora que lo pensaba, era bastante guapo, era alto, ancho de hombros pero delgado. Sus ojos eran color miel, tenía muchas pestañas y unos ojos grandes. Su nariz no era grande, pero tampoco pequeña. Lo que menos me gustaba era su boca, sus labios eran finos y anchos, pero aún así era muy guapo.
-¡Ay! Mira cómo se pone colorada. – Dijo Chelsea mientras me señalaba.
-¡¿Qué?! – Exclamé.
- Anda vamos, que vamos a llegar tarde a nuestra tercera clase del curso. – dijo Michaela.
‘’Gracias’’ pensé. No me gustaba, pero me caía bien. No sé por qué me puse colorada. Me engañó mi subconsciente.
Salimos de la clase 16, y nos dirigíamos a la 2.
Pero al salir vi algo, que no sé por qué, pero me molestó.

Capítulo 2


Por fin llegamos a la puerta de fuera del colegio. Cruzamos los extensos jardines y llegamos a la puerta Principal. Miré a Michaela.
-¿Estas preparada?
- Creo que no…-contesté nerviosa.
Llevaba toda la noche imaginándome ese momento, y cuando llega, no podía reaccionar.
-Por fin podrás conocer a mis amigas. Siempre estamos juntas, desde primero. Hacemos un grupito. Pero aún no tenemos nombre. No te preocupes porque vas a poder encajar a la perfección, incluso puede…-Balbuceaba Michaela.
Su voz desapareció como si se le hubiesen agotado las pilas. Me sumergí en mis pensamientos. Las amigas de Michaela. Siempre me ha contado lo divertidas que son, pero la verdad que no me las imagino. Además, seguro que no es tan fácil hacerse amigas suyas como ella dice. Seguro que no haré amigas, nadie me querrá hablar, seré una antisocial a la que insultan por las espaldas y ni siquiera dicen hola cuando te ven pasar. Es traumatizante. Nunca me ha pasado eso, no creo que Michaela sea capaz de dejar que me quede sola. Pero…
-¿No crees? –Me dijo Michaela mientras sonreía.
-Em… ¿sí?
-No me digas que no has escuchado nada. Pues no te lo voy a repetir.-Me dijo y puso los brazos en jarra.
-Lo siento, es que, estoy muy nerviosa.
-Ay. Te he dicho que no te preocupes. En esta escuela la mayoría somos buena gente, o normales. No hay chusmas ni gente rara. Bueno, claro, para raras estamos nosotras.
-Sí, ya, ¿podemos entrar de una vez?
-Oh, creí que te estabas mentalizando para entrar.-Se disculpó.
-¿En qué clase nos toca?
-Creía que tú tenías el horario, por eso no lo compré.
-¡Micki! Que sea la última vez que tienes que depender de mí. Sí, lo tengo aquí.- Le dije enfurecida.
-Leilany, te he dicho mil veces que no me llames así.-Dijo Michaela.
Michaela, Micki, bah, si es más corto, además, le queda bien ese nombre.
-¡No me cambies de tema! –Saqué la hoja que estaba doblada dentro de una libreta.-Tenemos en la 16. Adivina donde está eso.
-Recuerda que yo llevo aquí desde Primero. Ven.
- No estoy preparada para esto.
Recorrimos medio instituto hasta que dimos con el aula 16. Sí, Michaela decía que ‘’no se acordaba de donde estaba esa clase’’. Seguro que siempre seguía a la gente mientras charlaba, pero bueno, eso no es asunto mío.
Para mi desilusión, estaba vacío. En frente no había nadie, ni gente hablando, ni apoyada en la puerta. Nada. Supongo que irían viniendo, ¿no?
-Ahora a esperar. –Dije.
- Sí, ahora a esperar. Pero tranquila, no creo que tarden mucho en venir las demás. Rachel llega prontito. Chelsea normalmente llega casi a la misma hora que yo. Y bueno… a las demás les pesa el culo.
- ¿Chelsea? Nunca me has hablado de ella.
- Sí, sí que te he hablado.- Me contesto
-¿A sí?
-Sí, pero no te acordarás.
Tras un rato vino un chico. Pero no saludó a Micki. Qué raro… Pasó más tiempo aún y seguí viniendo solo gente desconocida, al menos para mí.
-¡Eh!-Dijo Michaela mientras salía corriendo.
Fue a saludar a una chica rubia, pero muy rubia y de ojos azules. Le dio un abrazo y me hizo un gesto para que fuese hacia allí.
-Ella es Chelsea. Es de Italia. Chelsea, ella es Leilany, pero puedes decirle Leila.-Nos presentó.
-Holaa. – Genial, me dijo que no había gente rara. Pues esta no iba mucho mejor…
- Hola. –Le contesté.
-¿Qué tal te han ido las vacaciones? – Dijo Michaela a Chelsea.
- Bien, bueno, ocurrió algo. –Dijo Chelsea. Inmediatamente, Micki le cogió de la muñeca.
-Chelsea, te dije que parases. ¿Crees que sirve para algo cortarte? ¿Otro chico? En serio no aprendes…- La reprendió.
Chelsea quitó la mano y se avergonzó. Mira que era rara esta chica. Yo no encajaba ahí.
-Bueno, pero solo fue una vez. Además, creo que ya he aprendido.
Sí, seguro…
-Más te vale.-terminó Michaela.
Apareció Rachel, dando tumbos, como siempre. Es que no madura.
-¡Hola! Qué alegría Leilany, hacía mucho que no te veía. ¿Te has hecho las planchas? Pues no se te nota…-dijo Rachel. Sigue siendo la misma.
Le miré con cara de asesina, era el mejor momento de meterse conmigo, tras un ataque de nervios. Bueno, más bien no era un ataque, pero no estaba de humor.
- Jo, era broma.-Se disculpó Rachel.- ¡Ah! ¡No me mires así!
-Vale, vale. Veo que eres la Rachel de siempre.-Dije.
-Sí, la misma. Gente, ¡aquí estoy!
El chico moreno se dio la vuelta y sonrió. Tras verlo, Rachel se agacho y se rió avergonzada.
- Tapadme, tapadme.
Chelsea, Michaela y yo nos reímos. Rachel siguió hablando con nosotras. Hasta que apareció otra chica.
Para mí era otro misterio. Era morena, bajita  pero tenía una sonrisa en sus labios. Encajaba perfectamente en el perfil de Courtney. Y, evidentemente, no me equivoqué.
-¡Courtney! – Gritaron todas. Cada vez tenía más ganas de huir.
-Hola chicas. Llevo todo el camino escuchando música nueva. Si es que unas buenas canciones alegran el día a cualquiera.-Dijo ella.
-Bueno, cuando lleguen las demás haré las presentaciones, que no tengo ganas de repetirlo muchas veces.-Dijo Michaela.
-Qué raro, ¿tú sin ganas de hacer algo? ¡Eso es nuevo! – Dije sarcásticamente.
Todas rieron de nuevo. Vaya, me empezaban a caer bien.
-Oye, no os metáis conmigo.-Se quejó.
Pronto vino Irina. Mi amiga desde la infancia. Tenía un largo cabello rubio y los ojos celestes. Comparada con todas, yo era el patito feo.
-Noveas. Ya me he peleado otra vez con mi madre. – Dijo.- Dice que este curso quiere que saque buenas notas y por eso no me va a dejar salir ni una vez. Porque dice que el curso anterior suspendí muchos exámenes. Y mi nota media era un ocho.
- Oy por Dios con tu madre. ¡Qué tienes 15 años! Se cree que te va a tener amarrada toda tu vida. Oish, que coraje me da.-Dijo Michaela.
-A que sí. Además, parece la típica madre estricta y eso…-Dijo Chelsea.
-Bueno no os paséis que es mi madre. Pero vamos, hay veces que no hay forma.-Respondió Irina.
- Aj, yo con las injusticias no puedo…-Concluyó Rachel.-Ya estamos todas ¿no?
-Sí.-Dijeron Courtney y Irina a la vez.
La verdad que eran buena gente. Se ayudaban y se defendían. Quizás sí que encajo aquí, espero que yo les caiga bien. ¿Y los chicos? Hasta ahora no había visto ninguno que me hubiese gustado. En fin, ya tendríamos tiempo de hablar de eso…