Cap. 28

Me gustaba, me acababa de dar cuenta que me gustaba, no sabía desde cuando, ni cual era la intensidad, lo único que sabía era que empecé a sentir algo más fuerte, mucho más. Nunca había querido a ningún amigo, nunca, y menos así. No paraba de repetírmelo, no podía sacarle de mi mente. Le miré. Estaba guapísimo, allí, sentado sobre el sofá, su melena caía sobre sus ojos. Me miró y sonrió, esa sonrisa tan especial, esa sonrisa que me hizo sonreír a mí también. Supuse que estaba exagerando, que era presa del pánico, por miedo a que no me gustase otro, o un cambio hormonal. Pero era demasiado, los siguientes veinte minutos volaron, no entendí nada de la conversación, incluso me estaban haciendo preguntas, pero no me daba cuenta.
De pronto, volví a ser consciente de lo que pasaba, había estado todo ese rato mirándole, había dejado a mi… a mi novio, y solo porque estaba mirando a otro. No era justo, no se lo merecía. Desde principio de curso creía que me gustaba, pero siempre supe que el amor no era cosa de creer, si no de saber y reaccionar. Todos me miraban, y lo único que pude hacer es soltar una carcajada, me moría de vergüenza, pero no podía confesar lo que hacía de verdad.
Me apoyé contra Ryan, y puse mi cabeza sobre su hombro, en un gesto de cansancio, él me abrazó. Tenía la sensación que sabía más que yo, que sabía más sobre mis amores que yo misma, pero no le di importancia. A él también le quería, y no le iba a dejar. Me acarició la cara, y me besó el pelo.
-Vamos a ver, ¿quién ha tenido la idea? –Preguntó Danny. – Charles, ¿verdad? Pues que él empiece diciendo a alguien.
- Eso.
- Bueno… pues a mí, no me gusta nadie. –Dijo mientras se estiraba.
- Ya claro. –Lo contradijo Eric.
Charles se rió, y dio a entender que ni se molestaba por fingir, le habían pillado en toda regla, pero no iba a soltar prenda, era muy orgulloso. Repentinamente cambió de víctima, se salvó a él para intentar inculpar a otro.
-¿Y tú? – Le dijo a Michaela.- Porque está claro que Leila tiene la cabeza centrada en alguien. –Miró a Ryan.
Eso me sentó como una puñalada, ¿le había fallado? ¿Era normal a mi edad que fuese una inconformista? No debería haber pasado, pero, ¿y si nunca me enamoré de Ryan? Bueno, amor, lo que se dice, amor, nunca lo sentí, pero sí que me gustaba mucho. No era justo, para nada.
-Anda que no ha cantado nada Charles. –Le dijo Eric.
Este soltó otra carcajada, pero no logré identificarla.
-No, es que es verdad. ¿Qué me habéis dado?
Todos rieron, pero Michaela no parecía querer contestar, claro estaba.
-¿Yo? –Preguntó tras un momento de miradas incomodas. – O sea, ¿a mí? Pues… nadie.
Nadie le discutió, ya que era una chica, y comprendían que era más tímida, y que no la podían forzar como hacían entre ellos.
Cuando se estaba haciendo bastante más tarde, no pude decirle a Ryan que se quedase a dormir, y menos con él delante. Estaba deseando saber a quién quería… pero no se lo podía preguntar, me daba muchísima fatiga.
Se fueron todos, en especial, me despedí de Ryan, y, por no quedarme sola, le dije a Michaela si se quería quedar a dormir. Ella dijo que sí, así que, cuando cerré la puerta de la entrada, fui a buscarle un pijama que le sentase bien, ella era mucho más delgada que yo, pero no pasaba nada si le quedaba un poco grande la ropa.
Nos fuimos a la cama doble de mis padres, y allí comenzamos a contarnos los sentimientos que habíamos tenido, algo muy normal entre nosotras, que siempre nos contábamos todo.
-¿Algo que sepas que ha estado mal, pero que aun así, no te arrepientes de haberlo hecho? – Me preguntó.
- Besar a Danny. – Contesté con sinceridad.
- ¿En serio? ¿Le besaste? Pero… ¿quién fue? ¿Él o tú? ¿Qué sentiste?
- Bueno, pues él se acercó a mí, el lo comenzó, y, sentí algo extraño, me sentía libre, mayor. Sentía que ya podía hacer lo que mis sentimientos quisieran, y no lo que yo tuviese que hacer, ¿sabes? Además estuvo bien, no sé, fue el primero…
-Entiendo, y claro, no podías darte con otra persona el primero, que con uno de los chicos más adorados del colegio.
- ¿A ti quien te gusta? –Pregunté.
-Creo que me está empezando a gustar alguien, pero justo de hoy, aunque me fijé en él hace tiempo, increíble. Tengo la sensación que estaba destinada a quererle, aunque no creo en el destino, pero no sé.
- Charles…
- Sí, ¿cómo lo sabías? – Dijo incrédula.
- Te conozco muy bien, además, díselo a cualquiera de las demás, seguro que también se ha dado cuenta.
- Pues, si no estuvieses con Ryan, la verdad que no sabría decirte con cuál de los dos podrías estar. Te llevas tan bien con los dos…
-¿Cómo te gustaría pasar un día con Charles?
- Por supuesto que en la playa, aunque es muy típico, pero eso no quita que sea encantador. – Dijo fantaseando.
- Supongo que ese es el sueño de muchas chicas, esos sueños que no sirven para nada, porque cualquier detalle te puede estropear el día. – Comenté con tristeza.
- ¿Te pasa algo? –Preguntó mientras se acomodaba en la cama. – Que yo recuerde, nunca has sido tan negativa.
- Yo… Tengo un problema, pero uno de los grandes.
- ¿En serio? ¿Qué pasa?
- No digas nada, por favor. Ni siquiera estoy totalmente segura, bueno, sí que lo estoy, pero lo estoy hoy, lo mismo mañana se me va, y cambio de opinión. – Contesté, intentando engañarme.
- Bueno, ve al grano.
- Me gusta alguien.
- Bueno, ya iba siendo hora, cuanto llevas con Ryan, ¿tres meses? ¿Cuatro? – Dijo contando.
- Micki, digo alguien más.
- Ah. ¿Es Eric?
- No…
-¿Danny?
- Hmm, no.
- No será Alex. –Dijo mientras se tapaba la boca.
- No seas estúpida, ya lo has dicho, pero tengo miedo de aceptarlo.
Hubo un pequeño silencio, ni siquiera ella podía ayudarme, o eso creía yo, que lo veía todo muy oscuro y sin final.
-Es normal que te guste alguien, fue muy rápido todo, quizás, intentabas ocultar que te gustaba ese chico, y utilizaste a Ryan.
-No puede ser, estaba convencida. Pero ahora lo veo todo diferente, creo que tienes razón.
-¿Y quién es?
-Pues… Eric. Creo que me gusta desde hace un tiempo, pero lo de la fiesta me ha sorprendido, y la forma en la que le he abrazado, y en la que él me ha devuelto el abrazo, ha cambiado algo respecto a las anteriores veces. Por supuesto, es imposible, él quiere a Bryanna, y yo a Ryan.
- Realmente, no creo que Eric quiera a Bryanna, yo creo que está con ella por pena, porque ha venido, ella le ha echado de menos y él, pues no estaba decidido, y ha elegido lo que se le ha echado a los brazos.
-No, yo le conozco, sí le quiere, pero, por supuesto, ella es muy cansina, y hasta él se harta de ella a veces. –Dije mientras me tumbaba boca arriba.
- Yo no lo veo así, pero bueno, tiempo al tiempo.
-Claro, tiempo…
Tras esa conversación me quedé dormida. No me dio tiempo ni a darle vueltas a las cosas, me dormí, para despertarme al día siguiente.