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Peanuts, mi blog, un sitio donde publicaré cada capitulo de mi novela. Soy principiante en esto, pero espero que os guste, tengo mucho que contar...

domingo, 28 de agosto de 2011

Capítulo 35


Me desperté con un grito ahogado, y aun tenía las lágrimas por toda la cara. Eric estaba dormido a mi lado, pero se incorporó casi a la misma vez que yo.
Me costaba respirar, y él, asustado, me abrazó. Todo había sido un sueño, menos mal. Aunque todavía notaba el dolor en el estómago. Me apoyé en su hombro, y no pude contenerme más, seguí llorando como si no hubiera mañana.
-Tranquila, -me dijo al oído- todo saldrá bien.
Asustada, me retiré rápidamente, me levanté a duras penas del colchón, ya que este era blando, y me desequilibré. Él, molesto también, se levantó preocupado.
-¿Qué te pasa? Leila, tranquila, ha sido un sueño. –Me dijo.
Se empezaron a despertar los demás, quizás había sido mis sollozos los causantes, o el ruido que hice al bajar, pero todos me miraban fijamente.
Sin pensar, me levanté la camiseta, lo bastante para ver la herida, pero, como supuse, no había nada. Todo fue un sueño, más bien una pesadilla. Agotada, me pegué contra la pared, y descendí llorando. Nunca soñé nada tan real. Y, Eric dijo lo mismo que me tatuó. ¿Cómo era posible? ¿Tanto le conocía como para saber lo que me diría? No tenía explicación, probablemente solo fue coincidencia, pero no sabía qué me aterraba más. En ese momento, incluso imaginé que tenía poderes. Una cosa estaba clara, él era inocente, y, una vez más, me intentaba ayudar, mientras le inculpaba.
Los demás no sabían que decir, no comprendían lo que había pasado, lo que había sufrido.
-Leila, ¿qué ha pasado? –Me preguntó con delicadeza Danny.
-Yo… -Intenté continuar, no podía ser tan infantil, no podía llorar por un solo sueño. –Ha sido una pesadilla. Lo siento, no quería haberos despertado.
-No pasa nada, ¿estás mejor? –Dijo Michaela.
-Sí, por favor, olvidadlo, no me gusta ser el centro de atención. Ya está, me vuelvo a dormir. Gracia por preocuparos. –Concluí mientras me metía en la cama de nuevo.
Eric me acompañó, y también se metió dentro.  Los demás se callaron, y se volvieron a dormir. Eric me puso la mano sobre el brazo,  así me dormí. A la mañana siguiente, me desperté sin recordar el sueño, pero con un vacío por dentro.
Nos volvimos a vestir, y fuimos a desayunar. Todo fue bastante bien, nadie me recordó lo que pasó. Y lo agradecí mucho. Salimos a una conversación respecto al alcohol.
-No, ya lo he dejado. Paso, no me hace falta beber para divertirme. –Dijo Eric orgulloso.
-¿En serio?- Pregunté emocionada.
-Sí, lo hemos dejado todos. –Contestó Danny.
Me alegré bastante por todos, así estaban más sanos, no podían empezar tan pronto, era una locura. Eran un buen ejemplo, en parte. Luego, nos fuimos a casa, cada uno. Era sábado, y tenía que adelantar los deberes que me habían mandado. En ese momento, preferí no haber ido a casa de Eric, porque se me amontonaron, y no podría salir al día siguiente.
En efecto, no pude salir más en todo el fin de semana, y el lunes llegue cansada. Los demás no volvieron a sacar el tema, pero no fue lo peor que me podía pasar. Al parecer, alguien iba a entrar como profesor en prácticas, en clase de música, ya que esta estaba embarazada. Por supuesto, entró Bryanna. En la primera clase, se presentó.
-Hola, soy Bryanna, vuestra nueva profesora. Estoy en prácticas, así que espero que me tratéis bien. –Dijo entre risas. ‘’ ¿Tratarte bien? Haré un complot contra ti’’ – Y bueno, por supuesto, por estar en prácticas, no significa que vaya a dejaron infligir las normas. ¿Entendéis? Ni mascar chicle, ni gritar, ni sentarse mal, y, por supuesto, tenéis que obedecerme, ¿está bien? –‘’Este curso lo suspendo’’.
No dejaba de mirar a Eric, cosa que me molestaba aun más. Nos repartió instrumentos, la mayoría de la clase tenía xilófono, unos cuantos, pandereta, y, expresamente a mí, me dio cascabeles. Era patética. Me tuve que aguantar sin decir nada, ya que era mi profesora, pero esperaba que también se comportase con Eric. Al contrario, no paraba de acercarse a su mesa, y decirle cariñosamente cómo usar su instrumento. Yo no era menos, solo que se metía conmigo y mi forma de ‘’aporrear’’ los cascabeles en voz alta, de forma que todos se reían con ella. Danny, parecía molesto, no estaba siendo objetiva, pero más que eso, le molestaba que le prestase más atención a su novio que a su hermano. También trataba bien a las chicas, es decir, a toda la clase, menos a mí.
Los últimos cinco minutos, nos dejaron hablar. Para no variar, hablé con él. Pero allí estaba ella, sentada sobre la silla, con una pierna cruzada sobre la otra, su cabello rubio liso, y su mirada clavada a Eric. Cuando sonó el timbre, todos recogimos, y fuimos saliendo de la clase, como era a última hora, muchos se fueron ya. Pero la mayoría se quedaron en hablando.
Bryanna, antes de cerrar la puerta del aula, agarró a Eric del brazo, y le besó. Muchos soltaron una exclamación, otros simplemente observaban. Yo me limité a intentar no llorar, cosa que me fue fácil, porque era complicado que llorase. Por supuesto, la pesadilla estuvo completamente fuera de lugar, estaba en trance.
Eric se separó a los pocos segundos, y le dijo algo cabreado, no lo pude entender, ya que estaba de espaldas a mí. Se fue, vi como su melena castaña se movía con el viento. Pero Bryanna se dio cuenta, y me empujó al pasar a mi lado. Deseé que lo hubiese visto alguien, pero estaban demasiado ocupados viendo el cotilleo del momento.
Me fui con las demás.
-Yo, ya he cortado con Michael. Fue solo esa noche, no fue nada más. No estamos hechos el uno para el otro. Ahora… ahora me gusta otro chico. –Explicaba Irina.
Qué suerte tenía, podía estar casi con el que quisiera, y como quisiera. Yo, mientras tanto, tenía que soportar como su novia le echaba los tejos todos los lunes, y los viernes. Para empezar y acabar bien el horario escolar…
Me fui con Michaela a mi casa, y ella continuó hacia la suya.
Comenzaba a entrar el calor. Llegó Abril, y con esto, Bryanna estaba más borde conmigo que nunca,  ya que cada vez tenía más dominio sobre la clase, y no le importaba lo que dijesen los alumnos, ella prefería aprovechar el tiempo con Eric, aunque a este no le hacía ninguna gracia. Como consecuencia, no le importaba tratarme peor, me tenía envidia. Una vez incluso me cambió de su lado, pero nuestra tutora no lo vio del todo bien. Sabía que yo era una buena alumna, que no tenía razones, y que yo estaba consiguiendo que Eric subiese su nivel.
Tuve que soportar mucho, hasta que no pude más.

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