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Peanuts, mi blog, un sitio donde publicaré cada capitulo de mi novela. Soy principiante en esto, pero espero que os guste, tengo mucho que contar...

lunes, 1 de agosto de 2011

Capítulo 10


Empezaba a venir más gente, mucha más gente. Pusieron música alta y empezaron a repartir bebidas. Supuse que esto no lo organizó Eric, pero seguro que tampoco estaba en contra.
- Chicas, ¿queréis tomar algo? – Dijo Danny, que se acercó a nosotras.
- Depende, tienes algo… ¿normal? – Dijo Rachel.
- ¿Refresco de naranja? – Dijo Danny.
- ¡Bien! ¿Dónde está la cocina? – Dijo Rachel.
-Anda, seguidme. Y hablad con los demás, estáis muy marginadas. – Dijo sonriendo.
- ¿De verdad tomáis alcohol? – Dije.
- Eh… sí, a veces. – Susurró Danny.
Llegamos a la cocina. Había muchísima gente allí, algunos hacían bebidas explosivas, otros hablando…
Danny nos sirvió el refresco, y  salimos de allí. Fuimos al jardín. Allí había un chico. Era rubio, y de piel morena. Se acercó a nosotras. Su cara me resultaba muy familiar.
- Hey troncas, ¿de dónde habéis salido? – Dijo el chico.
- De… ¿nuestra madre? – Respondió Rachel.
El chico se rió.  Parecía simpático.
- Pero,  ¿de qué… – hizo una pausa, como si no debiese decir lo que quería decir – conocéis a Eric?
- Está en nuestra clase. – Dije.
-Oye tú, ¿en serio? Nunca os ha invitado a ningún sitio.- Dijo mirando a Rachel.
- Ya, no solemos frecuentar los mismos sitios que el… - Rachel parecía algo nerviosa mientras decía esto.
- Imbécil. –Susurró el chico.
- Y tú, ¿de qué le conoces? – Le dije al chico.
- ¿Que de qué le conozco? Bueno… pues para no conocerle, macho. – ¿Es que el chico ese no sabe hablar normal?
- ¿Eh? – Pregunto Rachel.
- Tío, que es mi hermano. – Dijo él.
- ¿En serio? ¿Cómo te llamas? – Pregunté sorprendida.
- Eh, eh, tranquilidad, ¿vale? Me llamo Alex. – Que chico más raro.
De pronto alguien me sujetó el hombro por detrás. Me di la vuelta sobresaltada, pero era Eric.
- ¿Qué haces con este? – Me preguntó.
- No sé, nos ha hablado él. No sabía que era tu hermano.
- Oye tío, que ‘este’ tiene nombre. – Le lanzó una mirada asesina a su hermano.
- Anda Rachel, que estás aquí. – Dijo Eric.
- Sí, mi hermano es un sentimental. – Me fijé en que Alex parecía querer defender a Rachel.
- Bueno, pues si no os importa, robo a Leila un ratito. – dijo mientras me abrazaba por la espalda.
- Leila, yo tú tendría cuidado. – Me previó Alex.
Yo me reí. Pero no me dio tiempo a decir nada más, él me estaba empujando hacia atrás. Me di la vuelta para hablarle, y él me cogió de las manos.
- Ven, quiero hablar contigo. – Me dijo con seriedad.
Me asustó un poco, ¿qué querría decirme? Yo no había hecho nada malo. O eso creía. Y había estado todo el rato con Rachel, si quería regañarme, debería habérnoslo dicho a las dos.
Me llevó hacia una habitación, probablemente a la suya, dentro había una pareja, pero los echó. Me estaba asustando de verdad, a lo mejor se había enfadado conmigo por algo.
- Está bien. ¿Rachel tiene novio? – Me dijo, el corazón me dio un vuelco.
- No… ¿por qué?
- Bueno… a mí hermano se le ven todas las intenciones. Y, sinceramente, no me fio de ninguno de los dos.- Me dijo mientras  se sentaba en la cama.
- ¿Intenciones? ¿De que… ellos…? – Dije entrecortadamente.
- Sí. Y no sé cómo será  ella. Sé que él no se anda con rodeos,  pero quizás ella no es la apropiada. ¿Entiendes?
- ¿Te estás preocupando por las relaciones de tu hermano?
- ¿Qué? No, ¡claro que no! – Dijo mientras se tumbaba en la cama.
- Ya… Bueno, lo que sé de Rachel es que es muy buena chiquilla. Es una de mis mejores amigas. Y no le va a hacer daño. – Me senté a su lado.
- Bueno… pues, si ella te dice algo… ¿me lo podrías decir?
- No lo sé, es que, es como un código de las chicas, no nos podemos traicionar. Y menos con el tema de los chicos.
- Es decir. Os ponéis a decir cosas de los chicos en secreto. – Se incorporó para mirarme a la cara.
- Básicamente. – Le dije con seguridad.
- ¿Y dices algo de mí?
- No, aún no.
- ¿Aún no? Me asustas. – Me dijo con esa sonrisa tan especial.
- Háblame más de tu hermano.
- ¿A ti también te gusta?
- No, pero yo también me preocupo por Rachel.
- Bueno… es muy… no sé, suele gustarle a las chicas, ya sabes, es rubio y eso. Además es por su carácter. Y como si ella le quiere a él, no creo que tarden mucho en estar juntos. Y si no le quiere, pues le querrá. Siempre lo consigue, no sé como… - Dijo pensativo.
- ¿Tienes envidia de tu hermano?
- No, pero es increíble, tiene dos años menos que yo y probablemente ha tenido más novias de las que yo tendré.
- Es decir, ¿tiene catorce años? – Dije asombrada.
- Sí.
- Parece mucho mayor.
- Lo sé. La gente dice que somos mellizos o algo tonterías, yo no me parezco a él.
- Ya… bueno, ¿crees que serán felices juntos? – Pregunté directamente.
- Eh, pues no sé. Supongo que mientras dure serán felices, pero dudo que sea una relación larga. Ya sabes, ¿para qué estar contento con una si puedes estar con muchas en un corto periodo de tiempo?
- ¡Dios mío! Serás machista. – Dije enfadada.
- ¡Qué yo no pienso eso! Pero… se a veces se piensa así. Yo creo que hay que elegir con la que seas feliz. Y punto.
- Quiero escucharte cantar. – Dije cambiando de tema.
- Oh, ahora no, que estoy medio colocado. – Me dijo llevándose la mano a la frente.
- ¿Has bebido? – Le dije.
- Sí, y no debería haberlo hecho. Ahora me siento pesado.
Me reí.
- Pues no bebas más. – Le dije con cariño.
- Ya, verás mañana que dolor de cabeza.
- No vuelvas a beber. ¿Vale? – Dije mientras le cogía una mano, para que se sintiese más seguro.
- ¿Siempre te preocupas tanto por todo el mundo? – Me dijo, y me acarició la cara.
Creo que me puse roja, porque en ese momento entró Danny, y fue a cerrar rápidamente. Eric dejó de acariciarme, y yo le solté la mano.
- Lo siento, no quería… - Dijo avergonzado Danny. Se sentía mal.
- Danny, déjate de tonterías. Parezco un borracho. – Dijo mientras se levantaba. –  ¿Qué querías?
- Eh… una pelea, en el salón. – Dijo señalando hacía  allí.
Eric salió corriendo, y ambos le seguimos. Cuando fuimos al salón Alex estaba encima de otro chico agarrándole la camiseta, y Rachel gritaba asustada. Este otro chico empujó a Alex con tanta fuerza que cayó al suelo de espaldas, y después se levantó y miró a Eric.
- ¿Se puede saber que pasa aquí? – dijo cabreadísimo, y agarró bruscamente del brazo a Alex y le levantó.
Me fui al lado de Rachel y comprobé si estaba bien. Ella aún se tapaba la boca y tenía los ojos llorosos.
- ¿Qué pasa? ¡Pregúntale a tu hermano! ¡Está loco! – Dijo el otro chico irritado.
- ¿Qué? ¿Reparten palomitas? ¡Fuera todos! – Gritó Eric.
La gente empezó a desperdigarse por la casa, pero en el salón solo nos quedamos Eric, Danny, Alex, Rachel, el chico y yo.
- ¿Qué ha pasado? – Dijo Eric intentando relajarse, cosa que le costaba debido al alcohol.
- Ha sido él, se cree que puede hacer lo que quiera con quien quiera. Y no me da la gana que trate a la gente como basura. Y menos si es delante de mis narices. – O Alex también había bebido, o toda la familia tenía la misma reacción frente a una pelea, o ambas cosas.
Lo entendí de inmediato. Estaba claro que el chico ese quería algo de Rachel, y Alex la había defendido. Pobre Rachel, seguro que no estaba haciendo nada, seguro que los dos iban mejorando su relación hasta que alguien desesperado entró a molestar. Creía que iba a salir todo bien, pero me equivoqué.
Eric se puso las manos en la cara, suspirando. No sabía qué hacer,  ¿le intentaba tranquilizar, o simplemente me quedaba allí, callada? Supuse que era mejor la segunda opción, porque si no, la única que corría peligro era yo.
- A ver, tú, vete. Para lo que haces, mejor que te vayas. – Dijo señalando al chico. – Y tú, relájate, las cosas se solucionan hablando.
- Eso intentó. – Susurro Rachel.
- ¿Qué? – Dijo Eric dándose la vuelta hacia ella.
- Que  él, él empezó a hablarle, pero, la cosa se puso fea y… - Rachel estaba muy asustada, no sé si por lo que acababa de suceder, o por Eric.
- Está bien. Pero no lo vuelvas a hacer. – Dijo dándose de nuevo la vuelta hacia Alex.
Me sentí culpable, al fin y al cabo, nada de eso hubiese pasado si yo no me hubiese entretenido con Eric en la habitación. No debí venir. Ahora a lo mejor le castigaban por mi culpa. Y eso era lo que menos deseaba.
Eric fue habitación por habitación pidiendo a los demás que se marchasen, que ya se había acabado la fiesta. Cuando me di cuenta eran las nueve menos veinte.
- Yo… lo siento. – Se disculpó Eric. – Ojalá nada de esto hubiese pasado.
- No pasa nada. Nadie tiene la culpa, mientras Rachel y tu hermano estén bien, no hay que preocuparse. – Le dije lanzándole mi mejor sonrisa.
- Me encanta tu optimismo. – Me dijo.
- Habrá que llevar a las chicas a su casa, ¿no? – Interrumpió Danny.
- Bueno, a mí mis padres me recogen en la puerta del instituto. – Dijo tímidamente Rachel.
- ¿Y a ti? – Me pregunto Danny.
- Pues, me tendré que ir andando, si pudieseis dejarme en el instituto os lo agradecería.- Dije con la mirada clavada en el suelo.
- ¿Irte andando hacia tu casa sola? ¿Y de noche? Yo te llevo a tu casa. – Me contestó Eric.
- Pues no se hable más, nos vamos. Venga, despedíos, daros besitos y todo eso. Yo creo que me voy fuera. – Dijo Danny.
- Imbécil. – Dijo Eric sonriendo.
Los dos nos fuimos detrás de él. Danny era muy especial para mí. Era alguien con quien poder confiar, divertido. Aunque no había pasado mucho tiempo con él, sabía que era muy buena persona.
-Adiós. – Dijo Rachel a Alex.
- Ya nos veremos el lunes en el instituto.
Sonreí solo por haber escuchado la conversación. Después apareció ella, pero Alex se quedó dentro, esperando para que volviesen los chicos.
Salimos a la calle y arrancaron las motos. Nosotras nos subimos sin decir nada. Otra vez me entró la sensación de miedo y mareo, y ahora más porque sabía que Eric había bebido. Abracé con fuerza a Eric, quizás era la última vez que le veía.

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