Bienvenidos

Peanuts, mi blog, un sitio donde publicaré cada capitulo de mi novela. Soy principiante en esto, pero espero que os guste, tengo mucho que contar...

lunes, 15 de agosto de 2011

Capítulo 29

Me desperté, tuve miedo de que todo fuese un sueño, pero no fue así, seguía sintiendo lo mismo, con la misma intensidad. Era extraño, pero me parecía algo nuevo. Me gustaba mucho, y no podía olvidarle, me hacía feliz pensar en él, pero por otro lado, me entristecía por Ryan, ya que no tenía la culpa, siempre me trató bien, y ahora, como estaba con él, no le quería. No era justo. Nada justo.
Me levanté de la cama, y me fui al baño, a lavarme la cara, por más que quería olvidarle, no podía, me sentía bien, tenía la sensación de que podría haber salido bien, pero por otro lado, sabía que no iba a dejar a Bryanna, pero la esperanza seguía dentro de mí.
Ese mismo día, el sábado, decidimos volver a quedar, pero para mí fue diferente, vino Ryan, por supuesto, y por desgracia, también Sylveria y Bryanna. Nunca me pude imaginar que saldría peor todo. A cada cosa que hacía o decía, ya me estaban criticando, y ni se molestaba porque no me enterase, al contrario, les encantaba que las escuchase.
Eric, estuvo siempre a mi lado, ya que nadie más me hacía mucho caso, cada una estaba con su pareja, y las que no tenían, estaban con Charles. La verdad es que no me diferenciaba mucho de ellas, yo también estaba con mi novio, y con el chico que me gustaba…
En un momento de la tarde, Ryan me cogió de la cintura, y me llevó a un sitio donde no había nadie. Nadie sospechó nada, porque cada uno iba a su rollo. Me esperaba que me diese un beso, pero no fue así.
-Leila.- Comenzó.
Le miré un poco asustada, temía lo que iba a decirme.
-Veo que estás distante conmigo, diferente. Creo que sé la razón. –Tragó saliva.
- No sé, yo…
- No tienes por qué disculparte, yo lo entiendo, sientes algo más por otro, ¿no es eso? No importa, es normal. Estás en una edad de cambios, y, a lo mejor somos muy diferentes. Yo te quiero, pero comprendo que prefieras a alguien de tu edad. Tienes tu vida y yo la mía.
- No sé qué decir.
-No digas nada, seguiremos siendo amigos, ¿vale? – Me aseguró.
-Cla-claro que sí. –Tartamudeé.
Tras esta conversación, me besó en la frente. No sabía cómo se pudo dar cuenta, pero si se dio cuenta él, quizás también Eric.
Antes de incorporarnos al grupo, le agarré la mano para detenerle, y saqué voluntad para preguntarle.
-¿Cómo lo has sabido?
- Bueno, no fue difícil, antes me mirabas con mucha dulzura, al principio, ahora le miras así a él. Ya no te comportas igual, has cambiado, no es lo mismo, te lo noto. Por cómo me tratabas a mí, y como le tratas a él. También puedo notar que experimentas otra clase de amor con él ¿no? Algo más fuerte. – Confesó.
- Yo, no sé… Estoy confusa, indecisa. Me gustas, pero él también – Expliqué.
- Lo sé.
Y, tras decir eso, me cogió con timidez de la mano, y nos fuimos con los demás. Nada más aparecer, Bryanna abrazó a Eric del cuello, y este, un poco seco, le acarició la espalda. Pero no era la única que quería divertirse. Sylveria hacía todo lo posible por volver con Danny, pero este la intentaba evitar. Ella solo vino porque a Alexis se le antojó. Tampoco sé por qué vino ella, si a nadie le caía bien.
Courtney, un momento después, dijo de ir a ver ropa, y accedimos. Pronto iba a ser una especie de baile en el instituto, hoy mismo empezaba la primavera, y al parecer, esto se celebraba todos los años, pero este había tocado de esa estación. Yo ni siquiera quería asistir, pero no tenía más remedio, era obligatoria. Y, por si no podía ser peor, teníamos que ir por parejas, la típica estupidez que se hacía en los institutos para poder ligar, aunque, no iba a estar mal…
Miramos vestidos, mientas los chicos esperaban fuera, entramos en un probador. Yo cogí un precioso vestido fucsia, era palabra de honor, que se ceñía al pecho, y luego se dejaba caer hasta casi las rodillas en una fina tela. Me había gustado mucho, pero tenía que preguntarle a alguien si me quedaba bien. Salí. Para mi sorpresa, Eric se desestabilizó de la barandilla sobre a que se apoyaba. A lo mejor había salido sin el vestido o algo, pero no.
-Estás preciosa. –Dijo mientras se sentaba de nuevo.
-Sí, te queda bien. –Repitió Danny.
Me sonrojé un poco, me daba vergüenza que los chicos me dijesen eso, pero mi felicidad voló al instante. Rachel salió, y estaba preciosa con un vestido verde oscuro. Me miró, y me dijo rápidamente que ese fucsia era muy fuerte, que no me quedaba bien. Me desanimé por completo, ella sabía sobre moda, y yo no mucho, pero me había gustado. Así que le pedí a los demás que mientras me quitaba el vestido, me pasasen otro mejor por la ranura que había sobre el vestidor. Un rato después, me dieron otro. Era celeste, celeste cielo. Tenía dos finas tirantas, y era del mismo estilo que el anterior, solo que este, en la parte inferior, tenía unas flores estampadas, era precioso. No era largo, para nada, y, como haría frío, me iba a poner medias. Decidí no salir para que fuese una sorpresa, así que me cambié de nuevo, y salí. Las demás ya habían salido hace rato, y, por supuesto, todas cogieron el vestido ideal a la primera. Bryanna tenía cara de enfado, quizás de envidia porque a mí me había dicho que estaba guapa y a ella no, pero me extrañaba…
Ellos, no compraron nada, ni tampoco Bryanna, porque era mayor. Respecto a ellos, tendrían trajes en casa, o simplemente comprarían otro con el dinero de papá. Estaba deseando ver a Eric con el traje, pero la fiesta no era hasta dentro de una semana. Salimos todas muy contentas, aunque los vestidos eran algo caros, pero no nos importaba, estábamos centradas en ese día, el del baile.
-Pues son las chicas la que tienen que pedir a los chicos las parejas. Ellos no pueden. –Dijo Chelsea
Luego todas reímos, y, la verdad, ellos también parecían contentos. Muchas chicas decían ‘no’ sin saber nada, le rompían los sentimientos. Es ese instante, Rachel le dijo a Alex que fuese con ella, pero este no le respondió con palabras, le dio un beso.
Ya nos estábamos despidiendo, y, la mayoría se fueron en autobús, pero en otro diferente al que siempre cogía yo. Danny me cogió de la muñeca y me apartó de allí, cosa que había hecho antes Ryan.
-Creo que necesito que me ayudes. – Me dijo nervioso.
- ¿Qué pasa? – Pregunté.
- La chica que me gusta no sé si querrá ir conmigo. Y como es ella la que elige, tengo el presentimiento que no me va a elegir a mí.
-¿Y cómo te puedo ayudar yo?
De pronto, se hizo el silencio, Danny miró avergonzado el suelo, y yo no apartaba la vista de él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario